Clínica Médica | Tratamiento del dolor │ Lesiones deportivas

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San Nicolás de los Arroyos

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Se define tercera edad como todo adulto sobre los 65 años. El aumento de la expectativa de vida hace que cada vez haya más adultos de este grupo etáreo. La edad golpea en forma diferente a las personas: algunas no tienen prácticamente problemas de salud mientras que otras se ven seriamente limitadas en las actividades de la vida diaria (AVD).

Con el paso de los años los problemas de salud que afectan a las personas las convierten en más vulnerables y, por eso mismo, a partir de cierto momento empieza a ser necesario que reciban ayuda para realizar ciertas tareas que antes realizaban sin un apoyo adicional. Hay una serie de enfermedades que pueden afectar negativamente la calidad de vida. Entre ellas los problemas osteomioarticulares son los más frecuentes. 

Existen situaciones en las que, por diferentes razones, el paciente no puede movilizarse de su hogar para realizar un tratamiento. Por lo tanto, el profesional, en este caso el kinesiólogo, es el que se dirige hacia el domicilio. Allí, primeramente se realiza una valoración funcional y, a partir del resultado de la misma, se planifica un tratamiento que generalmente ejercicios adecuados y progresivos que ayudaran a mejorar la movilidad y el desempeño de las AVD, reduciendo el dolor y aumentando la confianza del paciente. 

Los beneficios que aporta la atención kinésica domiciliaria son múltiples: atención personalizada, prevención de la degradación de las aptitudes funcionales a través de la promoción y educación, y realización de tratamientos específicos de patologías. Además, el kinesiólogo puede informar al médico tratante sobre el progreso del tratamiento. En su conjunto, estas medidas ayudarán a mejorar la calidad de la atención del equipo de salud y la calidad de vida del paciente. 

La vida habitualmente no nos prepara para la ancianidad. No tenemos experiencia que nos ayude a saber cómo tenemos que levantarnos de la cama, qué ejercicios debemos realizar cuando vamos perdiendo fuerza, agilidad, equilibrio y menos aun cuando una enfermedad se convierte en una limitación total para nuestro día a día. En estos casos, el aporte que el terapeuta pueda hacer es de suma importancia. Sin embargo, también es fundamental que el paciente se esfuerce para recuperarse. Por ello, el estado de ánimo y la actitud frente a esta nueva situación (enfermedad, dolor crónico, etc.) influirán en el desarrollo y el progreso del tratamiento.

(Erica Giovanetti)

Licenciada en Kinesiología y Fisiatría, egresada de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) sede Rosario (2006).